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lascenizasdeangela

El TIO JOSE Y EL ABUELO

Érase una vez una aldea verde, tan verde que los mantos de hierba y árboles  se incrustaban en los tejados, era casi una colina. Atravesada por una carretera comarcal, lindaba con una fuente donde las mujeres del lugar en los años cuarenta cuando no existían otros medios, lavaban a mano con el agua que brotaba de un río cercano, en un enorme pilón con estrías y huecos especiales para poner el jabón..

Una niña, en plena época postguerra ayudaba a su madre a llevar el ganado a pastar, y llevaba a sus hermanitos al colegio, su madre trabajaba lavando wolframio en una mina cercana para poder superar aquélla horrible época.

Esta inquieta niña, tenía un tío abuelo, impedido por una larga enfermedad, iba en silla de ruedas, pero ella le tenía muchísimo aprecio, el tío Jose pasaba horas y horas sólo, porque su mujer trabajaba en el campo, así que la intrépida niña, por el cariño que le unía a él, consiguió que entre tres lo bajaran de las escaleras de la casa para así pasearlo por toda la aldea, su tío lloraba de la emoción de ir viendo cómo había cambiado todo, la nueva casa, los vecinos, la familia...Así que cuando la niña podía si nadie lo bajaba lo acercaba la ventana para que viera el mundo. Y no contenta con ello, se le ocurrían nuevas formas de movilizarlo, lo adoraba, con sólo siete años podía hacer todas esas cosas...

Tenía un abuelo un poco cascarrabias, al que una vez le pidió un abriguito, se lo negó, así que ella se enfadó tanto que lo empujó, y bueno...el abuelo se cayó, se puso a maldecir con su bastón en alto, -non volvas por aquí bruxaaa-, así que ella daba la vuelta para no coincidir...hasta que él le dijo a su madre que volviera, que quería verla...en el fondo creo que se querían...

Eso sí...la abuela era una maravillosa persona, generosa,  y venerable en su ancianidad, así que la niña la adoraba, pero..a su abuelo...era ya otra cuestión...

La niña es mi madre, y por ella le tengo afecto al tío Jose que no conocí y al cascarrabias del abuelo..a mi bisabuela, un infinito cariño, ella se molestó en contarme que era ella mi bisabuela pero yo siempre le decía, noooo tú eres mi abuela también, me daba esos abrazos protectores con olor a maíz y a sabiduría de anciana...

Para mí, esto son pequeños tesoros...

1 comentario

isabelbarcelo -

A veces esos relatos que nos hacen tienen tanta intesidad, que acabamos por creer que hemos conocido o hemos vivido con esas personas. Es el poder de una memoria transmitida con afecto. Has tenido mucha suerte. Besos, querida amiga.