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lascenizasdeangela

Alma

Es indescriptible la sensación que produce el mar verdad?, he pasado casi media vida pegada a esos levantes tan puñeteros, y a esas puestas de sol que te encogen el alma, antes cuando era pequeña cada piedra tenía su nombre, a veces incluso cazaba cangrejos con chicle, increíble verdad?, se trataba de taponar la salida hasta que salía el pobre bicho, sólo que luego me ponía a llorar como una loca para que me lo quitaran. Siempre con gafas de sol de colores, y parte de arriba del biquini eh? muy decente yo...

Y cuánto ha cambiado esa puesta de sol,  antes me protegían a mí, y ahora es al contrario, antes me lanzaba como una posesa a las olas a saltar gritar no me preocupaba nada, ahora apenas piso la playa por las veces que me he quemado...Aún así sigue siendo mi playa, mis rocas, mi pequeña poza, cientos de miles de arañazos en las rocas, y tropecientas algas verdes, siempre pensaba que estaban vivas así que también lloraba..(jo, lloraba por todo..) Aquellos tres meses en los que terminaba de estudiar, aleee a rascarme la barriga jo, qué energía, playa por la mañana y salida por la noche...Cuando me sentaba en la playa,  pensando qué tres meses me voy a pegarrr!!Me sentía muy pequeñita, muy chiquitita, me daba por mirar al cielo y decir cuántos extraterrestres habrá por ahí(se nota que de tanto estudiar me quedaba grillá perdía)

Y aquéllas barbacoas tan gloriosas después de un mes sin salir a respirar por la puñetera carrera...cuando terminaba de estudiar cogía el autobús en el Mora y aún así veía el mar, otro mar diferente porque el mío está en Santa María pero era genial..

 De la que montaba por la alergia, las cremitas, las gafas, la camiseta, la sombrilla y todos los tiestos que me tengo que llevar por la piel que me ha tocado, pa mí que ahora los rayos uva son más puñeteros que antes...así que ahora cuando voy a la playa es para disfrutarla por las tardes o noches.

No me gusta el carnaval, pero sí el arte de la gente de Cádiz, me gusta esa gracia de la gente mayor que te quiere llevar a esa calle por la que preguntas, cuando te cuentan obra vida misterios y milagros de toda su familia en los sitios más insospechados, me encanta ese Cádiz antiguo, con retranca, esos piropos escandalosos, la guasa que hay, cuando no tienen nada, y te ofrecen lo que tienen, me encanta la poca verguenza, no supe lo que significaba para mí esta ciudad tan especial hasta que me fui, ahora la adoro, me pierdo en sus calles  y redescubro patios, entradas para coches de caballos antiguas,  balcones con ranas que antes  no sabía que existían (y resulta que son del siglo XVIII), mi ciudad tiene historia, alma y corazón.

3 comentarios

la voz -

no es la ciudad, la que guarda el encanto de un terruño. es tu propio corazon que hace querencia en cada calle, en cada esquina, en cada playa, en cada paso que diste por ahi.
Y con la gente?
es otro corazon hablandole al tuyo.
la querencia del terruño es una de las bendiciones mas grandes de la vida.
Que bueno que tienes recuerdos bonitos para sacarlos a pasear con nosotros.
Saludos!

vitore -

Los que vivimos tan lejos de cualquier mar, o sea castigados en el centro de España, o sea en Madrid, miramos el mar cuando lo vemos como algo siempre nuevo y un poco misterioso. La última vez que estuve en Cádiz, me tomé una cervecita en una plaza con una chica que me gustaba, pero a la que yo no... Aún así. ¡Qué bonita es Cádiz!. Un beso.

isabelbarcelo -

Y tiene también al famoso Columela, que escribió un tratado de agricultura y tiene su monumento vestido con su toga... Hay que ver cuánto apreciamos aquello que no tenemos cerca. Besos, guapa.